Sebastián Sanhueza

Pionero en el mercado de la impresión 3D

En 2014, Sebastián Sanhueza, un estudiante de Ingeniería Química en la Universidad de Santiago de Chile (Usach), decidió desafiar la norma y seguir un camino poco convencional.
Junto a un grupo de compañeros, dieron vida a un proyecto innovador: Crea en 3D. Esta iniciativa los llevó a ganar la primera edición del concurso Despega Usach en el año 2015, con el desarrollo de innovadora impresoras 3D.

La idea surgió cuando Sebastián y sus amigos, apasionados por los proyectos extracurriculares, se propusieron desarrollar una impresora 3D en un momento en que esta tecnología recién
comenzaba en Chile. Sin dejarse intimidar por la poca experiencia en el mundo de los negocios, invirtieron dinero propio para crear un prototipo que, según sus palabras, era una auténtica novedad en el país.

“Vimos el aviso de Despega Usach y dijimos ‘aquí hay que postular’”, recuerda Sebastián Sanhueza. Sin grandes expectativas, el equipo se inscribió en el concurso, confiando en el potencial de su proyecto. Después de un arduo trabajo, se transformaron en uno de los primeros proyectos ganadores de Despega Usach, logrando entre otros premios, la oportunidad de participar en una pasantía internacional en Stanford

Del laboratorio a la realidad

El Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Usach se convirtió en un lugar clave para el desarrollo del proyecto su hogar. El equipo tuvo acceso a equipos avanzados, que les permitieron avanzar en su proyecto. “Literalmente vivíamos entre la biblioteca central y el laboratorio”, comenta Sebastián, enfatizando la dedicación que invirtieron en el desarrollo de su impresora 3D.

El éxito en Despega Usach no solo validó su esfuerzo, sino que también les permitió aprender sobre la dinámica empresarial, desde la facturación hasta la gestión tributaria. A pesar de los limitados recursos, lograron competir con empresas internacionales, y sus impresiones fueron comparadas con las de máquinas de millones de dólares que se utilizaban en ese tiempo en Estados Unidos.

Este reconocimiento tuvo un impacto significativo en Sebastián. “Siempre pensé que las cosas grandes se hacían en otros países, pero estando allá me di cuenta de que nosotros también podemos hacer lo mismo”, reflexiona. Tras regresar de la pasantía, el equipo continuó desarrollando su impresora, lo que les permitió acceder a financiamiento de Corfo y vender sus máquinas a universidades de todo Chile, consolidándose como pioneros en el mercado de impresión 3D.

Sin embargo, el camino no estuvo exento de desafíos. Con el tiempo, la competencia internacional, especialmente de China, comenzó a hacerse sentir. A pesar de ello, el emprendimiento de Sebastián dejó una huella en la industria tecnológica chilena, inspirando a futuras generaciones de emprendedores.

Ser emprendedor y su aprendizaje

Sebastián considera que el mayor aprendizaje de su experiencia fue la transformación personal que vivió a lo largo del proceso. “El viaje a Stanford me cambió la perspectiva de lo que es posible”, afirma, recordando con orgullo su trayectoria.

Tras varios altibajos, el equipo decidió dar un paso al costado con su proyecto y, aunque no se convirtió en la gran empresa que esperaban, Sebastián mantiene su espíritu emprendedor, incubando nuevas ideas en áreas como seguridad, robótica e inteligencia artificial.
Hoy, trabaja en informática y aplica la experiencia adquirida en sus inicios. “Lo más valioso que me dejó Despega Usach fue la perspectiva de negocio”, dice, recalcando la importancia de analizar la escalabilidad y rentabilidad de cada proyecto.

Para los futuros postulantes a Despega Usach, Sebastián ofrece tres consejos fundamentales:
tener un proyecto innovador, leer detenidamente las bases del concurso y rodearse de un equipo de apoyo. “Postular es solo el comienzo. Si no ganan, no se desanimen. El camino del emprendedor no depende de un solo concurso”, concluye.

Con la mirada puesta en el futuro, Sebastián sueña con ver surgir nuevos unicornios desde Despega Usach, creando un ecosistema donde emprendedores veteranos y novatos se apoyen mutuamente. “Este programa no solo forma empresas, forma empresarios”, finaliza.

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